¿ESTÁS SOLA?

“El hombre es una multitud solitaria de gente, que busca la presencia física de los demás para imaginar que todos estamos juntos”.
Carmen Martín Gaite

¿Tienes Pareja?, es una pregunta que se hace frecuentemente cuando conoces a una persona y si la respuesta es NO, la respuesta inmediata con un tono de afirmación y melancolía (por quien pregunta) ¿estás sol@? o ¡estás sol@!, esta pregunta o afirmación se queda en los adentros dando vueltas en la cabeza pensando ¿si estoy sola (o)?, el no tener pareja me hace estar en soledad y la reflexión que me surge es, en que lugar están los amigos, la familia, los compañeros de trabajo, las personas con los que se hace camaradería, los vecinos y cada una de la personas que están en nuestro entorno y a nuestro alrededor, ¿Quiénes son estas persona?, ¿Qué función tiene en nuestra vida?, ¿Estamos solos?, ¿Estas triste por no tener pareja?, ¿Te sientes sin animo por no tener pareja?, en medio de estas preguntas en donde queda el Individuo como Persona Autónoma.

El estar sin pareja parecería que se está en gran falta de cuidado, compañía, seguridad emocional y económica y principalmente de amor, falta ese otro que le proporcione la felicidad, alegría, la significación, la seguridad, etc. Entonces quien no tiene pareja cuál es su posición hoy, dentro de la sociedad. Para traer este tema me tomare de la mano de la escritora, Anamar Orihuela, de su libro “HAMBRE DE HOMBRE”, 2013.

Conocemos a diversas mujeres en relaciones conflictivas, con insatisfacción, engaño, violencia, etc., y nos preguntamos que hace que se queden en ese lugar, y no hay una sola razón, son diferentes factores como, la cultura, la religión y la educación que constantemente nos dicta como ser mujer y como ser hombre, cuales son nuestras “necesidades”, que nos hace “falta” para ser felices, y prevalece el discurso que la mujer debe estar con un hombre. Caemos en las disertaciones si no se tiene pareja, entonces estas sola y si no tienes hijos quien te cuidara cuando envejezcas. Dictándonos las formas, los tiempos, las elecciones de lo que se debe hacer y ser.

Uno de los factores por las que las mujeres no se salen de las relaciones conflictivas con sus parejas, es las enseñanzas que se nos ha impartido, la mujer debe ser complaciente, estar siempre para subsanar las necesidades de otros como: hijos, esposo, padres y amigos, el conflicto no es que se este para el o los otros, la contrariedad es que no se le pregunta a la mujer lo que quiere genuinamente, que se le permita elegir si quiere a un hombre en su vida, si desea tener hijos, apoyar a sus padres y amigos. Hablo de que no sea un deber ser, que lo que se haga para los otro y con los otros sea desde la concientización de querer hacer con amor, daré un ejemplo: “una madre quiere un helado y les pregunta a sus hijos si ellos quieren, los hijos le indican que no, y entonces ella ya no lo compra, su razonamiento es “como comeré yo y mis hijos no”, pero los hijos no quieren no está dejando los sin un helado, sin embargo, no es capaz de complacerse a ella con un antojo que tenía.

Con este ejemplo podemos observar en cuantas ocasiones como mujeres desean algo, y por pensar en los otros o por no hacerlo solas entonces desisten de lo que querían y no hablo de un helado, me refiero a los sueños, anhelos, metas, objetivos, en la vida personal, social, en la elección de una profesión, en la educación, te pregunto te has hecho estas preguntas ¿me quiero casar?, ¿Quiero un hombre en mi vida?, ¿Quiero tener hijos y cuantos?, ¿Qué deseo estudiar?
La construcción de lo que es ser mujer ha ido cambiando, sin embargo, aún se arrastra viejas prácticas que limitan, que confunden, incluso que deprimen y abruman por no llenar expectativas, de los padres, de la iglesia, o bien de la sociedad.

No se trata de masculinizarse, o de estar sola, es estar plena con la feminidad que deseas, que cada mujer quiere, anhele, y construya de acuerdo con lo que pretende y le haga sentirse plena, amorosa, con gozo. Tampoco se trata de competir con el hombre, se trata de complementarse el uno con el otro. Es hacer conciencia, transformar en la medida de las posibilidades de cada una, otorgándose permisos de ser tú misma, de disfrutar, elegir (estudios, pareja, proyectos), de recibir, de amar, de tener una buena autoestima, de elegir relaciones sanas.

Se requiere optimar modelos de lo que es ser mujer (de lo femenino) con conciencia plena y no desde la carencia de tener a un hombre.

Es necesario darse cuenta de la capacidad, de ser agradecida con la mujer que se es, de apreciarse, de sentirse orgullosa de si misma, aprender a recibir y valorarse, saber que se es única, reconocer lo que cada una hace por si, los logros, estar satisfecha con lo que se hace. Sin la necesidad que todo lo que se es, se aprecie desde afuera – por un Hombre.

La labor es Valorarse y Auto-reconocerse, tomar la responsabilidad de tu vida, con amor, paciencia, tolerancia, respeto, si no eres capaz de reconocerte, seguro te quedaras esperando que llegue de afuera y si no hay amor de ti para ti, como podrás brindar amor al resto. Tienes que estar en Paz contigo, para dejar de pelear con el otro-Hombre.

Cuando nos amomos, abandonamos la necesidad de compararnos con las personas. Sabemos que cada cual es diferente y nos enriquece la capacidad del otro. Reconocemos la capacidad de enfrentar los retos de la vida y tenemos confianza en nuestra fuerza y habilidad.

Somos agradecidas con la vida. Asumimos que cada día es un aprendizaje y que se puede equivocar, lo que nos lleva a ser tolerantes y pacientes. Enseñamos a quienes nos rodean que merecemos ser cuidadas, amadas, y respetadas (Orihuela, 2013).

“Somos lo que pensamos, todo el mundo surge de nuestros pensamientos.
Con nuestros pensamientos hacemos el mundo”.
Buda Gautama