DOLORES, HUELLAS, HERIDAS DE LA INFANCIA O EN LA INFANCIA
A lo largo de nuestro desarrollo hemos pasado por dificultades y durante la infancia algunas las recordamos con precisión o fútiles, estas vivencias las resonamos con cierto dolor, sufrimiento en nuestro presente y las traemos incesantemente, se les ha nombrado heridas emocionales de la infancia.
Conocemos y reconocemos las heridas físicas, cuando nos caemos, raspamos o lastimamos alguna parte de nuestro cuerpo observamos la herida, la lesión o el daño, puedes ser interno o superficial, lo vemos.
Las heridas que quedan en nuestra alma regularmente no las percibimos en el instante que se formaron, van pasando experiencias, vivencias y nos dolemos de ciertos hechos de nuestro desarrollo que no entendemos, porque nos pasó lo percibimos como si se repitieran, lo que si palpamos es el dolor, el sufrimiento, la incomodidad, el enojo, la frustración.
¿Qué hacemos con el dolor emocional?, ¿Cuáles son las manifestaciones palpables del dolor emocional?, ¿Cómo puedo aliviar el dolor emocional? ¿Qué es el dolor emocional?.
La definición de la emoción es, una experiencia afectiva en cierta medida agradable o desagradable, que supone una cualidad fenomenológica característica y que compromete tres sistemas de respuesta: cognitivo-subjetivo, conductual-expresivo y fisiológico-adaptativo (Chóliz, 2005).
Las emociones son la respuesta en la adaptación de nuestro entorno social y por medio de ellas nos comunicamos con los otros, la responsabilidad de comunicarnos, actuar, relacionarse con el entorno es individual, personal, en este escrito me detendré en la emoción con dolor, con herida (s).
¿Quién nos hiere? ¿Nosotros?, ¿Él otro?, cada uno responde al actuar de su entorno, de los otros, cuando percibimos hostilidad en nuestro entorno social reaccionamos con rechazo, abandono, traición e injusticia (Bourbeau, 2015).
Nuestras emociones se reflejan, se observan en nuestra conducta, sería imposible que los sucesos cotidianos no lleven a una emoción, y por supuesto reflejan nuestro proceder repercutiendo en la convivencia con nuestro entorno.
En el Rechazo; la persona siente que no pertenece al grupo familiar, social, laboral, se siente solo, al tener estas emociones prevalece el miedo, la tristeza y antes de ser rechazado, rechaza. Cree que no tiene las herramientas para desarrollarse satisfactoriamente, tiene una distorsionada imagen de la persona y de sus habilidades.
Esta persona huye, entonces difícilmente creara relaciones personales duraderas, como se menciona al sentirse rechazado, rechaza, se siente insuficiente para ser amado y se va quedando solo, reafirmándose la herida del rechazo, nadie se queda con él (ella), ya que no es suficiente para ser querido(a).
En el Abandono; es cuando la persona que debería estar a lado se aleja, se marcha, para tener una distancia, esta puede ser temporal o permanente, por ejemplo, cuando la madre sale a trabajar hay un abandono temporal del menor, no es que lo rechace existe una necesidad de trabajar, solo que para el menor es un abandono ya que en el momento no entiende que la madre sale al trabajo. Por esa situación el menor va desarrollando el sentimiento de abandono (no en todos los sujetos, solo es un ejemplo en donde se podría dar esta herida).
Hay diferentes circunstancias que él menor percibe como abandono. Desarrolla dependencia a los otros, busca constantemente el apoyo de los otros, pide constantemente opinión de los demás en sus tomas de decisión. Constantemente se siente triste y para no sentirla busca la compañía de los demás sin embargo puede ser extremista y alejarse de los demás permeando un gran sentimiento de soledad.
La Humillación; la persona con esta herida siente que la han lastiman en el amor propio o en su dignidad, se siente avergonzado de ser y de hacer, constantemente realiza cosas para los demás con el objetivo de ocultar sus faltas, parece que no espera nada sin embargo siempre se queda en espera, en silencio la paga por lo que hace, desarrolla codependencia y nubla su propia necesidad.
La persona con la herida de humillación al sentirse sola, vacía, desarrolla también la herida de abandono, ya que al esperar que los demás hagan lo que hace la persona por los otros y no llega su recompensa entonces llega este sentimiento de abandono, de estar sola.
La Traición es la falta de lealtad, fidelidad, honestidad, el menor se siente traicionado cuando alguno de los padres no cumple las promesas que le hace y si este incumplimiento es constante es cuando se puede desarrollar la herida de traición, los que en la edad adulta le va a llevar a no confiar en las personas por lo tanto decide mantener el control de todo (este control engañoso que en realidad no se tiene, pero ya lo escribiré en otro momento).
La persona constantemente tiene miedo a de ser lastimen por eso quiere controlar a las personas y situaciones esto le da una cierta quietud ya que minimiza la desconfianza y el miedo a ser traicionado, sin embargo, su mente siempre se mantiene alerta de lo que pueda pasar, estas personas no tienen un descanso, viven en un estrés constante y claro que siente desconfianza de los demás y también de sus propios pensamientos.
El objetivo de mostrar las heridas de la infancia es, en primer lugar, darnos cuenta de cuales son estas heridas que hemos alojado en nuestro Ser, reconocerlas, cómo y por qué se han formado de que forma han impactado en nuestras vidas y como hoy me afectan que es lo que tengo que aprender de mi con estas heridas y como yo hoy decido trasformar mi vida.
Nadie es responsable hoy de ti más que tú mismo (como el adulto eres hoy).
Bibliografía
Bourbeau L. (2021). Las 5 Heridas que Impiden Ser Uno Mismo. México. Diana.
Bourbeau L. (2015). Las Sanación de la 5 Heridas. México. Sirio S. A.
Orihuela A. (2016). Trasformando las Heridas de la Infancia. México. Aguilar.