Orwelliano? 1a. Parte

Hasta el momento hemos revisado varias obras literarias que giran en torno al amor. Pero no todo es amor en la literatura. También hay otras pasiones, como celos, envidia, venganza, deseos de poder. Recientemente me encontraba leyendo un artículo acerca de las sociedades actuales y vino a mi mente el término “orwelliano”, algo que quizá algunas ocasiones hemos escuchado pero no sabemos a ciencia cierta a qué se refiere.

Eric Arthur Blair, mejor conocido como George Orwell, fue un periodista, novelista, ensayista y crítico nacido en la India, y que vivió entre 1903 a 1950. Sus obras más importantes y que recomiendo ampliamente son Rebelión en la Granja (1945) y 1984 (1949).

La primera novela, Rebelión en la Granja trata precisamente de eso, de una revolución en una granja. Cuando el Viejo Mayor, un cerdo de la granja está a punto de morir, les habla de sus ideales, lo cual los demás animales lo toman como elemento para iniciar una revolución en la granja, un cambio. Es así como, liderados por dos cerdos, Snowball y Napoleón, expulsan a los humanos de la granja y se apropian de ella, crean sus propias reglas, que son los ideales soñados por el Viejo Mayor. Al principio todo iba bien, incluso la granja era más próspera que cuando era dirigida por los humanos. Sin embargo, al poco tiempo los dos dirigentes comienzan a tener diferencias de opinión sobre cuáles son las metas de mantener el orden en la granja. Por un lado, Snowball, considera que la granja está para prosperar y mejorar las vidas de los integrantes, pero por otro lado Napoleón cree que lo mejor es aumentar su poder. Entonces, Napoleón, quien tenía a su disposición a los perros, se los lanza a Snowball, quien huye de la granja.

En la medida que Napoleón va tomando el control de la granja, va modificando las reglas que determinaron inicialmente a su conveniencia, lo que lo convierte en una dictadura. Los cerdos se constituyen como una élite dentro de la comunidad de la granja, y comienzan a tener más privilegios que otros animales. Es así como siguen modificando sus reglas, o Mandamientos como les habían llamado. Poco a poco, también comienzan a modificar sus comportamientos y comienzan a parecerse cada vez más a los humanos, el sistema económico cambia, los animales son obligados a trabajar jornadas extenuantes, se les proporcionan raciones de comida minúsculas, y jamás tienen la posibilidad de quejarse. Como los granjeros vecinos, ya habían sido repelidos alguna vez por un ataque de perros, deciden que lo mejor es mantener relaciones amistosas y cordiales con la Granja Solariega.

En una ocasión, los cerdos invitan a almorzar a su granja a algunos granjeros vecinos, y éstos asombrados por la prosperidad, orden y productividad que hay, halagan a Napoleón. Pero lo que más sorprende a los animales de la granja, es que los cerdos prácticamente han copiado totalmente el aspecto, los modales y la conducta de los humanos, a quienes precisamente habían expulsado de la granja.

Originalmente, Orwell criticaba al régimen zarista, y la novela es una ilustración de que después se convirtió en la Revolución Rusa. Pero no se puede negar la universalidad de los hechos ocurridos en la granja, son algo de lo que actualmente vivimos en los regímenes del mundo. Para no ir nada lejos, lo ocurrido en la Granja Solariega, ¿no te recuerda algo de la historia vivida en México? Claro, no todo es exactamente igual, afortunadamente, pero hay muchos puntos en común que nos hacen reflexionar sobre el desarrollo histórico de nuestro país, y el de muchos seguramente. Además, es posible que en algunos lugares del mundo, aún se viva en las condiciones descritas en la novela y que son una realidad para muchas personas todos los días, que viven sumidas en la pobreza, la opresión y la corrupción de las clases dominantes.

Es bien sabido por todos que las obras de arte son expresiones ideológicas de sus autores. Que son documentos y piezas en las que se plasman a través de diferentes vehículos (pintura, escultura, dibujo, música, literatura, danza) no solo pasiones humanas, sino también pensamientos, posturas e ideales de quienes la crean y que no solo se circunscriben a un contexto sino que son universales, trascienden el tiempo y el espacio. Eso explica porqué vibramos ante las pinturas del Renacimiento o el Cubismo del S. XX o con los Impresionistas, con las esculturas griegas o del S. XIX, o con la música de diferentes épocas y momentos. Entonces, la novela de George Orwell no escapa a eso, también trasciende el tiempo y el espacio y sigue tan vigente como en 1945. Pero no hemos aún aclarado a qué se refiere el término “orwelliano”. Bueno, apreciable lector, eso será tema en el siguiente artículo, donde revisaremos la última obra importante de este autor, 1984.