KARINA MEJÍA CONDENA Y REPRUEBA ATAQUES Y ACTOS VANDÁLICOS A SU PROPAGANDA

TULA.- Karina Mejía Guerrero, candidata a la diputación local por el XIV distrito con cabecera en Tula de la coalición «Unidos Somos Más Fuerte», condenó y reprobó los ataques en su contra mediante redes sociales y actos vandálicos que ha sufrido su propaganda política, por lo que pidió categóricamente a sus adversarios jugar limpio, para evitar que se manche la elección del próximo 6 de junio.

Tras calificar como «cobardes» a quienes buscan enrarecer el ambiente preelectoral, la representante del PRD, PAN, PRI Y PESH, dijo que con este tipo de actos muestran su desesperación de sus oponentes frente a las amplias posibilidades que tiene de obtener el triunfo electoral.

Lamentó que se estén dando este tipo de hechos, a unos días de los comicios lo cual nos habla, dijo que «están preocupados (sus contrincantes) al no haber impactado en el ánimo de la ciudadanía a lo largo de la campaña proselitista».

Hizo un llamado a la población de los municipios de Tula, Tlaxcoapan y Tlahuelilpan, a comportarse a la altura de las circunstancias para garantizar elecciones limpias transparente y no caer en provocaciones como lo pretenden sus contrincantes.

Pinta de bandas con propaganda suya y en las que han aparecido palabras altisonantes; destrucción de lonas, además de señalamientos y acusaciones sin sustento, a través de las redes sociales son algunos de los aspectos con los que tratan de afectar su imagen, dijo.

No obstante señala estar convencida en obtener el triunfo electoral gracias al apoyo y confianza demostrado por amplios sectores de sociedad a lo largo de su campaña proselitista, además de señalar que lo que la gente quiere son diputados dignos y competitivos, no así representantes que se rijan por ideologías o fanatismos.

Subrayó que los enemigos a vencer en las próximas elecciones son el abstencionismo y aquellas personas que juegan y abusan de la confianza ciudadana, es por eso que llamo a la población a emitir un voto útil, para no ser víctimas de la catástrofe social que ya se mira, producto del mal gobierno.